Tras introducir flexibilidad en la convivencia de la concentración del seleccionado argentino en Barcelona, Jorge Sampaoli sorprendió ayer liberando a los jugadores durante un día y medio, una decisión que puede generar polémica, pero que va en línea con una filosofía que tiene muy en cuenta el equilibrio y rendimiento mental del equipo.
Cuando las rutinas y las costumbres cambian, surge el debate y se genera una cierta resistencia. Sucedió en Barcelona, en la era Pep Guardiola. Algunos futbolistas, como el propio Xavi Hernández, emblema del equipo “azulgrana”, se sintieron contrariados cuando Pep suprimió las concentraciones previas a los partidos. Luego, reconocieron que había sido un acierto.
“Yo no soy un policía. Juzgo a mis jugadores por lo que hacen en el campo, no por su vida privada”, explicaba en aquel entonces el actual DT de Manchester City, que suele darle libertad a sus jugadores hasta dos horas antes del partido para que no estén pensando permanentemente en su profesión. Para algunos, Sampaoli está “revolucionando” las concentraciones de la Selección, aunque eso es así si se lo compara con modelos radicalmente opuestos como la rigurosidad implementada por Carlos Bilardo para el Mundial 86; hacía extensas concentraciones y hasta regulaba la práctica de sexo de los jugadores.
Ahora, ni siquiera los jefes de prensa de la AFA les preguntan a los jugadores a dónde van, salvo que alguno les informe especialmente, ya que se trata de un asunto personal. Ayer por la tarde, tres camionetas negras partieron del garaje del Hotel Princesa Sofía, con destino desconocido, a la vista de una veintena de hinchas argentinos que intentaban saludar a los jugadores que iban en el interior.
El chaparrón que cayó en ese momento potenció la decepción, sobre todo entre los fans que pretendían agasajar por la tarde a los jugadores con una “rua” (caravana) a las puertas del hotel, que finalmente se canceló por el mal tiempo. A los jugadores del plantel se los espera de regreso hoy a la tardecita, aunque la próxima práctica recién será mañana, en un horario a confirmar. La disciplina establecida por Sampaoli compromete a los miembros del plantel a desayunar en el hotel y almorzar allí luego del entrenamiento, pero están obligados a cenar o quedarse a dormir.
Sin embargo, cuando faltan apenas 13 días para el debut en el Mundial ante Islandia en Moscú, el hecho de que se haya espaciado la frecuencia de los entrenamientos parece ir en contra de la idea de que el equipo necesita tiempo para consolidarse. Pero para el cuerpo técnico también es importante que los jugadores, que están sometidos a una enorme presión, estén preparados para rendir al máximo en cada momento.
Si bien la filosofía de Guardiola se fundamenta en una relación que ofrece libertad al jugador a cambio de compromiso, en la base existe un trabajo previo de apoyo y disciplina estricta, que abarca tanto la dieta y, presuntamente, ciertas pautas referentes al sexo.
“Guardiola suprimió muchas cosas de la dieta. Pero la mayor de las anécdotas no es esa: en un día libre, nos dice que el que quiera tener alguna relación sexual, debe ser antes de medianoche porque hace falta tener un buen sueño. Dice que lo hizo con Messi, que desde entonces no se lesionaba muscularmente, y también con Lewandowski, al que dejó en el banquillo y comenzó a comprender algunas cosas”, contó el francés Samir Nasri, que en el City estuvo bajo las órdenes de Pep.